Este baño para el acuífero 24 repiensa un territorio desde el cuidado del agua, articulador de formas de vida más que humanas. A través del diseño de un sistema de gestión de aguas residuales domésticas aparecen dispositivos que vinculan la consciencia y relaciones interagenciales que se encuentran en el contexto de las Lagunas de Ruidera.
El acuífero 24 es una de las masas de agua subterránea más relevantes (Neimanis, 2017) del centro de España. Es aquí, en las Lagunas de Ruidera, donde se produce el nacimiento del río Guadiana, que recorre territorios en proceso de despoblamiento y que se extiende hasta su desembocadura en la frontera con Portugal. Esta tierra llena de paisajes agroproductivos ha comprometido el estado del agua debido a los procesos y tecnologías agrícolas heredados del siglo XX. El exceso de fertilizantes químicos, la sobreexplotación de las masas de agua para el riego de los campos o la descarbonización del suelo son factores clave que modifican el clima, la biodiversidad y la economía en un contexto históricamente empobrecido. Este proyecto estudia las infraestructuras relacionadas con el agua de un pueblo de interior sostenido por el turismo y la agricultura y propone repensar un patrimonio agroindustrial transformado en viviendas dispersas a partir del diseño de un sistema de dispositivos mediadores entre el acuífero, los humanos, las perdices y los conejos y los paisajes productivos. Todo ello, siguiendo las tecnologías de las Eco-machines (John Todd) adaptadas a la botánica y tecnologías singulares del contexto. El proyecto replantea un sistema consistente en una piscina-estanque y una ducha exterior como parte del proceso de depuración de aguas residuales domésticas en el que intervienen plantas macrófitas como Phragmites australis o Chara hispida, descomposición bacteriana, incidencia solar de los rayos UV o sensorización de nitrógeno y fósforo. Este sistema bombea y utiliza el agua del acuífero ya contaminado y trata sus nutrientes recreando ecosistemas de humedales similares a los de las Lagunas de Ruidera. El agua tratada también se utiliza para fines lúdicos
hedonistas como una piscina y una ducha, que se construyen con materiales y elementos asociados al riego y a la producción de esencias aromáticas como la lavanda o el romero. Posteriormente, el agua se utiliza para el riego de los cultivos del entorno, devolviéndola al subsuelo y a las aguas subterráneas de una forma más justa y consciente.
TUTOR: Miguel Mesa del Castillo (Proyectos Arquitectónicos)