Las ruinas industriales, el paisaje invadido por molinos, y el cauce perdido del río, son los tres tejidos rasgados y enmarañados que componen el lienzo de este este proyecto.A través de tres acciones, tejer, trenzar y estampar, el proyecto se propone coser industria, vegetación y cuerpo (devolviendo la actividad humana) en un epitelio postorgánico.
El proyecto nos traslada a las ruinas del rio Molinar en Alcoy (Alicante). Allí encontramos restos de industrias textiles desde el s. XVIII. El conjunto quebró por la pérdida de cauce del río y la dificultad para adaptar las industrias a las grandes producciones. El simple paseo por la exuberante naturaleza que se ha apoderado de las fábricas, se convierte en un recorrido didáctico por la arqueología industrial impregnado de mestizaje, memoria y supervivencia. Las miradas se vuelven a fijar desde hace unos años en el potencial turístico, cultural y natural de este paraje fantasma. Paralelamente asistimos a una coyuntura de recuperación y reconversión del sector textil, que reivindica la tradición desde la innovación. Nos ponemos en el supuesto de una iniciativa ficticia de creación de unas instalaciones para la recuperación del entorno del río Molinar y la reactivación de la producción textil tradicional.
Asimilamos el paisaje del río Molinar a un tapiz. La estructura original del valle en el siglo XVIII corresponde a un modelo (tipo Bert Flint I) en el que el paisaje se forma en franjas horizontales estancas a partir del zigzag central, el río productivo, eloued de las culturas africanas que da vida al lugar. Lo edificado queda totalmente apartado de la vegetación; la naturaleza se ve sólo como fuente de energía.
Con el paso del tiempo el río pierde caudal, las industrias se abandonan y la naturaleza las invade, dando paso a la composición actual (modelo Bert Flint II), en la que las franjas horizontales productivas se combinan con las verticales de vegetación salvaje. Hoy en día consideramos la presencia de la
naturaleza como una baza y vemos este modelo más acorde con nuestra sensibilidad. Lo tomamos como punto de partida.
Nos proponemos restaurar este tapiz en ruinas y lo hacemos siguiendo principios textiles:
– El fragmento es tan importante como la totalidad y todas las partes son igual de importantes.
– Hay que asumir lo que hay y trabajar sobre ello.
“En el telar no se puede corregir lo hecho, (…), se crea una composición que asuma y transforme el error. Siempre digo que el trabajo del telar me parece como la vida: lo hecho, hecho está y se ha de vivir con ello.” (Teresa Lanceta)
El objetivo es devolver la cohesión horizontal, crear los medios para restablecer la producción y asumir e integrar la presencia de la naturaleza, cuya huella es ya tan profunda como la de lo construido.
Definimos un tejido con una doble terminología textil y arquitectónica como la suma de patronaje, trenzado y estampado. El patronaje hace referencia a la creación de sistemas pautados y flexibles a la vez. El trenzado a la combinación de redes, singularizadas, diversas y articuladas. Y la estampación a la superposición de capas de información. Seguimos este proceso para ir creando nuestro tejido arquitectónico. La unidad mínima, será el nudo.
Tutor: JAVIER PEÑA GALIANO (Proyectos Arquitectónicos)