Huerta Sonora propone un trabajo de diseño y prototipado de un servicio de alojamiento nocturno efímero en parcelas de cultivo abandonadas, a partir de un estudio minucioso de su paisaje sonoro, al que se acopla prestando especial atención tanto a las condiciones de novedosa experiencia acústica para el usuario humano como a la mejora del ecosistema natural animal preexistente..
Este trabajo articula un posible servicio de ecoturismo como manera de reactivar la economía, el paisaje y el ecosistema de lugares huertanos abandonados.
Huerta Sonora actúa principalmente sobre parcelas abandonadas, pero no para que dejen de estarlo, sino para especular sobre la cuestión de que este tipo de áreas no tienen por qué adoptar una connotación negativa y pueden potenciarse mediante este ecoturismo según qué formas de abandono. ¿Tiene que estar todo en la huerta atendido, conservado y velado? Es por esto que se baraja la posibilidad de actuar sobre un lugar no intervenido de una manera mínima que permita su disfrute, y, en este caso, hablar sobre lo abandonado como fuente potencial de sonidos.
Para ello, el sistema de trabajo clave se desarrolla alrededor de un equipo multidisciplinar que lleva a cabo un trabajo de campo minucioso que permite desvelar las virtudes sonoras del amplio sector de la huerta de Murcia sobre el que se apoya este proyecto. En concreto, consistió en un entorno en el que, durante tres meses de trabajo, seis alumnos de Geografía, Ciencias Ambientales y Arquitectura, liderados por Soledad Rico, realizaron las siguientes tareas:
- Planteamiento de hipótesis para establecer particularidades sonoras en función de cuestiones físicas del
- Colocación de tres grabadoras en diferentes puntos del territorio para registrar sonidos
- Comparación de las grabaciones entre sí para encontrar diferencias sonoras
- Extracción de conclusiones mediante el diseño de un sistema de trabajo que agiliza la escucha de la grabación, usando una combinación de programas que permite identificar los patrones de canto de cada animal y tener registrado el momento y la duración de su
- Generación de un mapa que asocia un archivo sonoro distinto a 140 parcelas a partir de nueve audios grabados en puntos
Dando respuesta a las hipótesis iniciales, y ya sin la participación del equipo multidisciplinar, se llega a un mapa en el que a partir de la grabación en 9 puntos de la zona de estudio podemos asociar a cada parcela un audio característico mediante la combinación de algunos de ellos. Posteriormente, a partir de estos audios vinculados a cada punto del territorio, se diseñan 5 servicios que se acoplan a las condiciones tanto físicas como acústicas de cada parcela y que articulan una manera de dormir en este territorio.
A continuación, se decide ensayar los tres servicios correspondientes a los dormitorios del hotel, realizándose pruebas a dos niveles. Por una parte, el nivel objeto, que se testea con tres maquetas donde se experimenta con la estructura, el espacio, materialidad y el montaje de estas tres habitaciones. Y por otra, el nivel experiencia, en el que se fabrican una serie de instalaciones con las que desarrollar la experiencia diseñada, comprobando, de este modo, si genera las sensaciones planteadas y actuando, a su vez, como modificador del diseño inicial hasta conseguir que las permita. Es mayormente por este motivo por el que estas instalaciones se definen a escala 1:1, ya que las experiencias personales no se pueden medir a otra escala que no sea la de la realidad: si un sonido te envuelve o la distancia a la que dejas de percibir un olor, no se pueden escalar.
El trabajo con este tipo de instalaciones se produce también, por otro lado, para provocar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo del proyecto arquitectónico con la realidad, intentando despejar la incertidumbre de si las ideas de diseño podrían tener su versión real y trabajando mano a mano con agentes animales, vegetales, meteorológicos, sonoros…
Huerta Sonora se sitúa en un punto de reflexión entre la creación arquitectónica- sonora y el debate ambiental-social. No sólo se trata de remover nuestra conciencia estética musical, sino de afrontar, además, cómo tener en cuenta y con qué criterios la enorme posibilidad que ofrece el diseño teniendo en cuenta los sonidos y el respeto-acoplamiento a las fuentes sonoras de nuestros espacios.
Tutores: ANTONIO ABELLÁN ALARCÓN (Proyectos Arquitectónicos)