Nuestro proyecto parte de las personas invidentes, de cómo estas utilizan la arquitectura para poder orientarse. Las personas recordamos los espacios a través de la memoria visual para poder desplazarnos con facilidad. Sin embargo, al apagarse el sentido de la vista, se activan el resto de los sentidos, agudizándose y transformándose en supersentidos.
Las personas con ceguera se orientan mediante las referencias espaciales perceptivas que les ayudan a moverse por un espacio, recordando los lugares a través de las propias experiencias.
Se crea un imaginario donde se representan las diferentes sensaciones que las personas invidentes perciben del entorno, metáforas que ejemplifican sus impresiones de los diferentes elementos que componen la ciudad.
Las personas con ceguera se orientan por la ciudad con normalidad, pero hay un lugar de la ciudad que no frecuentan, el parque. En nuestro caso, tras realizar entrevistas con personas invidentes de la ciudad de Alicante, coincidían que el Parque Lo Morant cuenta con muchas zonas abiertas sin referencias espaciales. Se realiza un análisis recorriendo el parque con personas ciegas, obteniendo las principales dificultades que encuentran a su paso.
Las personas videntes utilizamos la memoria visual para movernos, en cambio las personas invidentes se basan en factores ambientales. De este modo, se extraen 7 parámetros, humedad, temperatura, textura, viento, sonido, aroma e iluminación, los cuales son medidos mediante sensores en puntos estratégicos del parque, desfragmentando este en diversas capas perceptivas, factores que crean una descripción de parque sensorial parametrizada. Estos datos, tomados en tiempo real, son redefinidos en altura, creando unas mallas que posteriormente son reinterpretadas y transmitidas sensorialmente. Cada parámetro sensorial es transmitido mediante diversos sentidos. Como, por ejemplo, el de viento, es transmitido mediante el sentido auditivo, generando un pentagrama mediante la sección de la malla de datos, creando una melodía sensorial a tiempo real en función de la altura.
Se insertan en el parque microartefactos que ejercen de referencias espaciales, facilitando la orientación y desplazamiento por este. Estos artefactos son reinterpretaciones sensoriales de los elementos a los cuales hacen perceptibles, simulando referencias que las personas invidentes utilizan en la ciudad para orientarse. Además, transmiten información en tiempo real de los diferentes parámetros sensoriales en el entorno, generando una descripción sensorial de parque. Se crean microartefactos referencias generales, que ayudan a orientarse en un entorno más inmediato, y microartefactos referencias hito en 4 lugares icónicos del parque, que ayudan a ubicarse a una mayor escala. Como, por ejemplo, el artefacto de cruce, el cual simula la percepción de cruce en la ciudad, donde una persona con ceguera siente la pequeña brisa al finalizar la fachada. Se crea así, una referencia espacial mediante una lámina vertical de viento al final del camino. Al mismo tiempo, se muestra visual y auditivamente la velocidad del viento en esa área, realizando una descripción sensorial de ese espacio mediante el parámetro característico de esa zona.
Mediante microartefactos inapreciables por la vista, se consigue construir un imaginario de parque, convirtiendo lo invisible en perceptible. Se generan estímulos sensoriales que convierten en perceptible el parque Lo Morant.
Tras analizar el modo de percibir el entorno de las personas invidentes, nos damos cuenta de que las personas videntes, debido al bombardeo de información visual, desactivan el resto de los sentidos, despreciando cierta información del entorno, teniendo una experiencia menos rica sensorialmente. Se crea una prótesis, un sistema nervioso adherido al cuerpo, el cual realiza una lectura del entorno mediante sensores, captando esa información sensorial que pasa desapercibida para el usuario vidente. Esta información es reinterpretada y transmitida sensorialmente, creando estímulos perceptibles mediante microartefactos incorporados en la prótesis, generando una descripción del entorno más sensorial. De este modo el intensificador perceptivo es una extrapolación de los microartefactos del parque a la ciudad o cualquier entorno, convirtiendo lo invisible en perceptible.
Tutores: IVÁN CAPDEVILA (Proyectos Arquitectónicos) + CARLOS BARBERÁ (Composición Arquitectónica) + ÁNGEL B. GONZÁLEZ (Construcciones Arquitectónicas)