El paisaje manchego es un paisaje areferencial y aescalar, un paisaje continuo donde la vista se pierde. En un ejercicio de redibujo la mano del hombre ha trabajado ese paisaje mediante la construcción de elementos que se convierten en modeladores del paisaje, potentes piezas con diferentes funciones que con el paso del tiempo se vinculan y anclan a nuestro imaginario colectivo entendiéndose como una parte indivisible del todo que es la llanura manchega. Piezas potentes, monstruosas, gigantes para don quijotes. Piezas casi mitológicas a los que se viene a sumar la grulla que despliega sus alas sobre la laguna de Pétrola.
La mirada construye el lugar. El punto clave del proyecto es el trabajo desde la forma, una forma ligada al propio lugar. Una mirada interesada y atenta descubre formas y nexos. La forma implica idea. La “v”. Una grulla. La potencia del edificio dota de escala y modifica la escala territorial convirtiéndose en un elemento estructurador y referencial para la población de Pétrola y su entorno.
Tutores: IVÁN CAPDEVILA CASTELLANOS (Proyectos Arquitectónicos) + FRANCISCO LEIVA IVORRA (Proyectos Arquitectónicos)