457%

Hacinados

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Existe una deshumanización completa por parte del Estado Boliviano con respecto a los presos de la Prisión de San Pedro, en pleno centro de La Paz, Bolivia. Esto ha provocado que los presos creasen en el interior su propia micro-ciudad, y cada uno adoptase un roll específico, como si fuese un país totalmente independiente.

457 es el porcentaje de ocupación actual en la prisión de San Pedro de La Paz, Bolivia. El penal que fue construido para albergar a 450 presos, cuenta hoy con 2.222 habitantes entre sus muros, lo que ha provocado un estado de hacinamiento crítico.

Para la construcción de San pedro, se pensó en un panóptico, que implica el control visual desde un punto central. De panóptico hoy solo le queda el nombre, pues con el pasar de los años y dada la cantidad de gente que vive allí se ha convertido en una ciudadela.

Esta prisión, está situada en el centro de la ciudad de la Paz. A diferencia de la mayoría de los centros penitenciarios de todo el mundo, este lugar es una comunidad autoorganizada que cuenta con sus propias leyes, ya que ha sufrido el abandono por parte del gobierno boliviano.

Los prisioneros pueden vivir con sus familias y comprar lo que quieran sin temor a las repercusiones de los guardias. De hecho, no hay guardias dentro de la prisión, por lo que los reclusos tienen la relativa libertad de ir donde les plazca. La policía no interviene en los asuntos de los internos, se espera que resuelvan sus propios problemas con la ayuda de los representantes elegidos democráticamente. Aunque las autoridades dan a los reclusos una libertad relativa hay una pequeña regla, tienen que pagar por sus celdas. Por lo tanto, con el fin de pagar el alquiler o compra de las celdas, la mayoría de ellos tienen que trabajar como lo hace la gente libre en el exterior.

Debido a la insuficiencia de recursos, los presos se ven en la necesidad de encontrar otras fuentes alternativas de ingresos.

La propuesta se presenta como un modelo organizativo de autogestión partiendo de las relaciones de poder ya establecidas en la cárcel por ellos mismos.

Entendiendo que ya han comenzado a funcionar como una comunidad en la que todos aportan su trabajo para mejorar las condiciones del penal, se propone intensificar esta organización interna para conseguir el bien común.

La idea parte de otorgar a todos los reclusos del penal unas condiciones humanas mínimas, desde el individuo hasta el colectivo.

La base para afrontar cuestiones como intimidad, salubridad y espacio es la unidad habitacional. La celda como origen de proyecto.

Se diseñan cuatro tipos de celdas atendiendo a las necesidades de la vida de cada preso. Estas son: celda colectiva, celda familiar, celda individual y celda de pareja. Para el diseño de todas estas, se proyecta una estructura que nace desde el interior de las celdas creciendo hacia el exterior, apoderándose de las cubiertas y haciendo practicable el espacio en altura a modo de ciudadela vertical.

La estructura base, permite la construcción por parte de los presos de las diferentes propuestas con las que amplificarán los usos ya existentes además de crear otros nuevos. Esta estructura es desmontable y modular, además de ajustarse a cualquier espacio de la cárcel para adoptar situaciones alternativas.

La optimización y gestión de recursos se centra en cinco ámbitos principales que son: Abastecimiento de agua, gestión de residuos, autoconsumo, economía y ocio.

Estos cinco ámbitos quedan repartidos en los diferentes distritos de la cárcel quedando conectados entre sí a través de las cubiertas.

Siendo conscientes de la realidad existente del penal, con sus virtudes y sus defectos, la propuesta no pretende cambiar esta situación, si no adaptarse a ella, para así dotar a esta comunidad de unas condiciones más humanas y de la total autonomía que se han visto forzados a asumir.

Tutor: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ MORALES (Proyectos Arquitectónicos) + ÁNGEL ALLEPUZ PEDREÑO (Expresión Gráfica)